Puede que el teff sea de tamaño micro, pero ciertamente no carece de superpoderes. Era, y sigue siendo, el elemento básico de las culturas antiguas y de los atletas sin igual.
Pequeño pero poderoso
El teff es conocido por ser un súper cereal: rico en calcio (una taza de 123 mg de teff cocido ofrece la misma cantidad de calcio que media taza de espinacas cocidas), proteínas (50 g de teff ofrecen la misma proteína que el huevo), vitamina B6, fibra y muchas sales minerales (100 g de teff aportan más del 10% del requerimiento diario).
Además no contiene gluten, tiene un índice glucémico bajo y es rico en almidones resistentes que lo hacen muy digerible.
En resumen, ¡este alimento microscópico tiene superpoderes!
Y ahora… Manos a la obra
El teff es la base de la cocina etíope y eritrea, en la que se utiliza para la elaboración de la injera , una especie de pan plano y esponjoso que se utiliza como plato para servir platos típicos.
Los comensales arrancan un trozo y enrollan en él la comida.
También es muy utilizado para la preparación de gachas y algunas bebidas alcohólicas, como la tella y el katikala .
También es un excelente espesante para sopas y guisos.
Su sabor tiene un delicado toque a nuez y es muy dulce. Cuanto más oscura es la semilla, más fuerte es el sabor.
Se puede consumir tanto crudo como cocido, en este último caso es mejor cocinarlo en agua caliente en una proporción 2:1 (2 partes de agua y 1 parte de teff).