En el primer episodio de Los viajes de las papilas os llevamos a descubrir el rambután, con su aspecto inusual ( colores vivos y formas ligeramente parecidas a las de un erizo de mar ) y sus extraordinarias propiedades nutritivas y antioxidantes.
Debido a su extraña forma, apareció en un episodio de After Life en Netflix, en el que interpretó el papel de una fruta alienígena.
Es una fruta exótica, procedente de Sri Lanka y otras regiones del sudeste asiático, pero también muy extendida en el este de África. Lo conocimos durante nuestra Wami Water Expedition en Tanzania y nos enamoramos de él.
El nombre proviene de la palabra malaya. “rambut” , que literalmente significa pelo , en referencia a las numerosas protuberancias del fruto. Por dentro la fruta parece una uva pelada, el sabor podría describirse como dulce y cremoso, con una ligera nota ácida y además una especie de aroma floral.
¡Poder de rambután, ven a mí!
¿Y quién hubiera pensado que este pequeño tenía todos estos poderes: desde la ligereza (aprox. 75 por fruta) para mejorar la digestión (la fibra soluble del rambután se puede disolver en agua y formar una sustancia gelatinosa en el intestino que ayuda a ralentizar la digestión y la absorción de nutrientes) y fortalecer el sistema inmunológico .
La pulpa de rambután contiene la misma cantidad de fibra que la misma cantidad de manzanas, naranjas y peras (que, bueno, son decididamente de mayor tamaño). Además, al comer aproximadamente 5-6 rambutanes, obtienes el 50% de la dosis de vitamina C requerida por tu requerimiento diario .
Es rico en cobre, lo que permite regenerar y mantener fuertes las células del cerebro, los huesos y el corazón . También contiene cierta cantidad de: manganeso, fósforo, potasio, magnesio, hierro y zinc.
En definitiva, ¡nutrientes y antioxidantes en grandes cantidades!
Rambután, ¡una sorpresa para descascarar!
Pero primero… ¿cómo reconocer si el fruto está maduro? Las poblaciones locales de Sri Lanka enseñan a reconocer la madurez de la fruta observando las protuberancias: cuanto más rojas son, más madura está la fruta.
El rambután debe pelarse para poder comerse. Para hacerlo: corta la circunferencia de la fruta con un cuchillo, aprieta desde lados opuestos del corte y, al final, la fruta sale, como una sorpresa en un huevo de Pascua.
No tengas miedo de sus espinas, son como pequeños tentáculos.
Además, es posible que la cáscara contenga algo de jugo, si la fruta está lo suficientemente fresca. Jugo que resulta muy dulce y sabroso si consigues recogerlo antes de que se desborde.
La pulpa puede agregar un sabor dulce a una variedad de recetas, desde ensaladas y curry hasta pudines y helados.
Puedes encontrarlo en todos los mercados étnicos de tu ciudad, así como online. ¡Todo lo que tienes que hacer es probarlo!