Primero que nada: ¿por qué agua?

El agua potable sigue siendo inaccesible para más de 700 millones de personas. La mayoría de ellos vive en zonas rurales y aisladas, y dedica muchas horas del día a recuperar este recurso. La falta de agua potable es un problema desde el punto de vista higiénico y además requiere mucho tiempo, especialmente para las mujeres y los niños, que se ocupan de recogerla. La falta de una educación adecuada es el primer obstáculo para la reducción de la pobreza: invertir en agua potable tiene un retorno económico y social muy alto en las comunidades en desarrollo.

El proyecto de igualdad del agua

El proyecto lleva agua potable a quienes no tienen acceso a ella en una cantidad equivalente a la que utilizamos todos los días. En Italia una persona consume directamente unos 250 litros al día; esta es la huella hídrica directa.

Por lo tanto, con WAMI decidimos equilibrarlo llevando, para cada participante en los tres días del Salón de la RSE, el mismo número de litros a una familia del pueblo de Betoho en Madagascar, es decir, un total de 750 litros por persona.

El impacto de la igualdad del agua

Este proyecto contribuye a la consecución de algunos ODS fundamentales de la Agenda 2030 de Naciones Unidas: hacer que el agua potable sea accesible para todos trae mejores condiciones higiénicas, y es un paso hacia la mejora de la igualdad de género y la educación de calidad , permitiendo que las niñas vayan a la escuela y las mujeres se capaciten. profesionalmente. Por último, es fundamental para la lucha contra el cambio climático , porque el acceso directo al agua reduce las emisiones de CO2.